Aprende del río a seguir tu rumbo con paso seguro
Aprende del fuego a que todo no es sino ceniza
Aprende de la sombra a mantenerte silencioso y vigilante
Aprende de la roca a tener una fe inquebrantable
Aprende del sol a saber esconderte
Aprende de la piedra cuanto hay que hablar
Aprende de la suave brisa que sopla en las callejas
A mantener la calma en este mundo
Aprende de todo ya que todo es semejante
Tanto a tener una buena vida como a morir bien,
Aprende del gusano a no olvidar a nadie
Aprende del nenúfar a mantenerte siempre puro
Aprende del águila cuando camines con los hombros hundidos
Y fíjate en la carga que llevan las hormigas cuando creas que la tuya es demasiado pesada
Aprende del grillo a cantar cuando estés solo
Aprende de la luna a no tener miedo jamás
Aprende de los pájaros a extender tus alas
Aprende de todo ya que todo es mortal
Aprende, hijo del sacrificio, en este mundo en el que estás de paso
A aprender, de todo lo que en él sucede, a vivir eternamente